martes, 30 de octubre de 2012
Galletas con cerveza
La mosca parecía un punto negro que se hubiese desprendido del mantel de plástico que cubría la mesa y que era cortesía de la madre de Blanca, así como un setenta y cinco por ciento de los objetos que convertían el apartamento a imagen y semejanza de un hogar; los manteles, cortinas, tazas, cojines y pósters (recortes de periódicos más bien) forman un hogar de pésimo gusto y no importa qué tanto muevan de lugar las cosas o se muden de casa siempre se verán mal como muchas de las relaciones que Ilse conoce simplemente porque no se supone que deberían estar juntas. La mosca no volaba muy alto, era una de esas moscas grandes y negras, era una de esas moscas grandes y negras y escandalosas a las cuales la naturaleza ha desfavorecido con un cuerpo demasiado grande y peludo para sus pequeñas alas, es por eso que Ilse se pregunta si esa mosca, que lleva tres días viviendo a costa suya, es demasiado gorda para volar alto o es simplemente estúpida. Después de morder su galleta se le ocurre también que tal vez esa mosca no tiene familia, que tal vez los gatos mataron a su madre, padre, tíos, hermanos por diversión y no hubo nadie que le contara el secreto de la supervivencia urbana, nunca ha escuchado que los humanos detestamos la convivencia, que apenas soportamos la interacción intra-humana y que compartir el espacio con otras especies es casi inaceptable. Esa debe ser una de las moscas más tercas que se han mudado al apartamento. La galleta y el cigarro se encuentran a medio camino de su efímera existencia; le gusta esa combinación: cigarro y galleta ó cigarro y pastel ó pastel y cerveza pero sólo los combina cuando está sola por que le da vergüenza, pero no con los gatos ni con las moscas, ni con los organismos invisibles a nuestros ojos… recuerda que está mirando fijamente una mosca gorda y negrísima que ahora parece un chicle pegado en la acera pisado ya un millar de veces. También puede ser que la familia se sentía dolorosamente repugnada por el nuevo miembro de la familia que era evidente y grotescamente más grande, más negro y más peludo que el resto, la madre al ver a su nuevo aborto volar con dificultad y con las patas colgando pesadamente a los costados decide un día que no puede soportar tanta vulgaridad y lo lleva lejos hasta el apartamento de Ilse en donde lo deja después de darle unos giros para confundirlo como cuando rompes una piñata para que jamás encuentre el camino de regreso a casa, algo aprendido de la literatura griega. Es así como se instala en casa de Ilse y Blanca con una diminuta nota que Moscagorda ha dejado caer torpemente y que Ilse, aunque la encontrase, no podría leer jamás porque no lee idioma mosca, ha devorado su galleta, a su cigarro le quedan dos fumadas de vida, Moscagorda vuela hacia ella como si quisiera contarle un secreto, aterriza en su largo cabello castaño, rápido abandona el bucle de Ilse para ir al mantel donde boronas de galleta de zarzamoras con chocolate blanco descansan distribuidas aleatoriamente y Moscagorda observa, estudia, camina cautelosamente para no perderse ni un detalle y muere. Ilse levanta la mano y mira con curiosidad la sangreconotrscosas y patas que se quedan pegadas en su mano; piensa que no siente remordimiento alguno a pesar de la familiaridad con la que pensaba en Moscagorda Y. Negra y del vinculo que habían llegado a formar, pensaba que en realidad la presencia de Moscagorda Y. Negra no le molestaba y que la había aplastado dejando caer el peso de su manaza sólo porque podía y porque no había quien se lo impidiera, por último pensó que se trataba e algo justo porque así es la naturaleza y que esa mosca se lo tuvo merecido por ser gorda, lenta y estúpida, como cuando su charla con Al. de las cucarachas que mueren patéticamente de espaldas muriendo de impotencia como las personas que entierran vivas y se arrancan la piel de la cara.
El timbre… chingado… había olvidado que el cigarrillo y la galleta eran parte de su ritual para idear como mandar a la verga a su bato. Se levanta de la mesa con pesadez para abrir, hay una mosca negra en el mantel-que-no-combina. Estará ahí cuatro días más.
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