viernes, 4 de mayo de 2012

Pobrecillo


Su reflejo tres veces… bueno tres veces y media, la media corresponde a un reflejo oscuro y borroso, es el más lejano… el reflejo va sentado
 al lado de la rubia del celular y el real va sentado frente a mi, a veces me mira y nuestros ojos  se retan a algo que no me atrevo a descifrar, tal vez se trate de un dialogo que no quiero tener. Él también podría tener una mirada asesina sin gran esfuerzo pero es más bien una mirada que fantasea tal como debería de ser cuando se va en tren viendo el espectro verde de los árboles estirarse y casi romperse con la velocidad, todo el camino deseé que uno realmente lo hiciera  que se rompiera en dos y una plasta verde saliera volando. Yo con mi mirada asesina y mis sueños violentos estoy mal; la rubia que lleva una hora al celular, ella también está mal su mirada es dispersa y va muy lejos del vagón, creí ver uno de sus dos reflejos llorando y justifiqué su parloteo celularesco pero sólo fue un efecto de luz porque la original reía, pero yo no puedo justificar nada pensé.
Pronto sería el fin del viaje y mi vértigo persistía y mis pensamientos eran oscuros y turbulentos, uno de mis reflejos, el más cercano y claro de todos me mira persistente y se burla de mi y de mi intento fallido por lucir feliz y apaciguada… sí que tengo buen ceño y una mandíbula de hierro, pero ¿quién más para liderar la guerra más inútil jamás peleada que una nefasta personalidad con mandíbulas de hierro y ceño fruncido que nadie soporta?